El pueblo del oeste bonaerense es noticia por la producción de una huerta orgánica.
Digno de una postal gaucha la casa familiar rodeada de árboles es el balcón perfecto para ver la huerta frutihortícola que es el orgullo de Javier Carreras, su dueño. Se trata de un predio de unas 5 hectáreas, donde se emplaza el pequeño polo productivo que tiene como protagonista a una familia de raíces correntinas.
Tras años de enorme trabajo y esfuerzo, se puede reconocer en la sonrisa de Javier que la satisfacción de producir no reviste un carácter solamente económico. Cuenta el protagonista de la nota que la participación en diferentes encuentros de carácter regional y provincial asociados a programas estatales a colaborado en el desarrollo no solo cuantitativo sino en la calidad de sus productos.
El emprendimiento familiar “El Correntino” comercializa alimentos orgánicos a través de verdulerías locales y también de manera directa con precio social y al alcance de todos. La venta directa según relata su dueño es la parte preferida del trabajo ya que gusta de tiempo para conversar con los vecinos y también para que los más pequeños conozcan cómo se producen las frutas y verduras.
Un ejemplo de agricultura familiar que deja en claro el potencial económico y social de un modelo de producción que se hace cada vez más necesario para repensar el mundo del trabajo y de la ecología, según manifiesta su propio dueño.