A casi diez años del inicio de su gestión, Guillermo Britos enfrenta fuertes cuestionamientos por el estado de Chivilcoy. Aseguran que el municipio está deteriorado, con una administración que solo reacciona en tiempos electorales. «Los vecinos no quieren más excusas, quieren soluciones», advierten.
Tras casi una década en el poder, el intendente vecinalista Guillermo Britos enfrenta duras críticas por el abandono de Chivilcoy, la falta de planificación y una gestión que es señalada como agotada.
«Ante cada problema no hay una excusa, hay cinco. Llevan casi una década en el gobierno y la única respuesta sigue siendo culpar a gestiones anteriores. Gobierna desde el 2015 y aún así responsabiliza a otros por los baches, las calles destruidas, las plazas abandonadas y el deterioro de los espacios públicos», aseguró en una entrevista el concejal de Unión por la Patria, Fernando Cabani.
-Desde 2015, Guillermo Britos gobierna Chivilcoy. ¿Cómo evalúa su gestión?
Es una administración que luce agotada, con funcionarios cansados, algo que se percibe en el día a día de la ciudad. Solo basta recorrer Chivilcoy, caminar sus calles, visitar sus plazas y parques para notar el abandono, un abandono que nunca antes tuvo en su historia. La gestión comenzó con expectativas, pero rápidamente se tornó improvisada, sin planificación.
Y, por eso, hoy vemos cómo responden a los reclamos de manera tardía y torpe. Por ejemplo, recientemente el intendente estuvo en el parque Martija y anunció que lo habían puesto en valor, pero cuando fuimos a verlo al día siguiente, seguía abandonado y deteriorado: pintaron parrillas obsoletas y tachos de basura desfondados. Es una gestión de parches.
-En una oportunidad usted señaló que el gobierno de Britos, ante cada problema, tiene una excusa. ¿En dónde nota reflejado esto?
Ante cada problema no hay una excusa, hay cinco. Llevan casi una década en el gobierno y la única respuesta sigue siendo culpar a gestiones anteriores. Gobierna desde el 2015 y aún así responsabiliza a otros por los baches, las calles destruidas, las plazas abandonadas y el deterioro de los espacios públicos.
Las calles están en un estado crítico. El asfalto del centro de Chivilcoy jamás estuvo tan dañado, con cráteres y obras inconclusas. Los arreglos son meros parches: tiran un poco de asfalto caliente cuando alguien reclama, pero sin una solución real. Lo mismo ocurre con las calles de piedra y tierra, que también están en mal estado. La gente de Chivilcoy ya no quiere más excusas, quiere soluciones.
Como oposición le otorgamos la principal herramienta de gestión: el presupuesto municipal, que asciende a 40 millones de dólares anuales. Pero esta administración solo muestra voluntad de gestión en época electoral. Este año se percibe una gestualidad diferente, aunque sin resoluciones concretas.
– ¿Qué le reclaman los vecinos a la gestión de Britos?
Chivilcoy enfrenta grandes desafíos, como toda ciudad de la provincia de Buenos Aires, absorbiendo problemas nacionales. Sin embargo, la falta de planificación agrava la situación. Los vecinos ya no piden obras ambiciosas, sino simplemente que mantengan la ciudad en condiciones. Hay dos maneras de gobernar: gestionar o administrar lo que hay. Britos optó siempre por administrar y hoy lo hace mal.
El hospital local funciona gracias al compromiso de médicos, enfermeros, personal de limpieza y administrativos, que trabajan con vocación a pesar de los bajos salarios. No es mérito de la gestión, sino del esfuerzo del personal de salud.
Otro problema grave es la crisis del transporte público. La empresa Emtupse, de gestión municipal, atraviesa un conflicto salarial con la UTA. Pero más allá de lo salarial, se analiza el transporte público solo en términos de rentabilidad, cuando la empresa fue desfinanciada, se redujeron recorridos y los vecinos deben buscar alternativas, lo que ha incrementado los accidentes de tránsito. En lugar de fomentar el transporte público, la solución que ofrecen es cerrar la empresa o seguir recortando servicios.
La seguridad es otro tema crítico. Chivilcoy enfrenta las mismas dificultades que otras localidades de la provincia, pero el intendente siempre se compara con las ciudades que están peor. En materia de seguridad, no basta con instalar más cámaras: es necesario un verdadero plan de prevención del delito, algo que hoy no existe.
Fuente: GLP