La Libertad Avanza se impuso en CABA y desplazó al PRO al tercer lugar

Adorni ganó con el 30% en una elección marcada por el ausentismo y el voto castigo.

En una jornada atravesada por la apatía electoral y el desencanto social, La Libertad Avanza (LLA) logró quedarse con el primer lugar en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires. Con el 30,14% de los votos, Manuel Adorni se impuso como la nueva figura del oficialismo nacional en el bastión histórico del PRO, que quedó relegado a un lejano tercer puesto. El peronismo, encabezado por Leandro Santoro, logró un digno segundo lugar con el 27,35%, en una votación marcada por la altísima abstención, con casi el 47% del electorado sin concurrir a las urnas.

El resultado fue un golpe contundente para el PRO, fundado y liderado por Mauricio Macri, que por primera vez desde la creación del partido no ganó ninguna comuna en CABA. En 2021 había conquistado 14 de las 15 comunas. Esta vez, no retuvo ni una sola. La caída del macrismo se venía gestando desde hace meses, producto de una conducción errática, falta de posicionamiento frente al gobierno de Javier Milei y una estrategia comunicacional que perdió sintonía con su electorado.

La nueva cara del mileismo porteño

Adorni, con un discurso centrado en el antikirchnerismo y el desgaste del macrismo, logró captar el malestar de una parte del electorado que todavía mantiene expectativas en el discurso de la antipolítica. “La sociedad comprendió que LLA es el mejor instrumento para terminar de una vez y para siempre con el kirchnerismo”, sentenció el vocero presidencial tras conocerse los resultados.

Sin embargo, la estrategia libertaria sólo fue efectiva a medias: ganó en ocho comunas, pero perdió en las otras siete frente a Santoro, que emergió como el principal opositor porteño. En cuanto al oficialismo local, la performance de Silvia Lospennato, candidata del PRO, fue muy pobre, con apenas un 15,92%, dejando al partido fundado por Macri sin capacidad de liderazgo en la Legislatura y con un futuro incierto.

El ausentismo, el otro gran protagonista

El dato más preocupante fue la baja participación electoral. Solo el 53% de los habilitados votó, y el candidato ganador obtuvo apenas el 30% de ese segmento. En otras palabras, más de dos tercios del electorado no votaron por Adorni ni por ningún otro. Para muchos analistas, esto refleja un profundo desapego ciudadano hacia la clase política y una creciente desconfianza hacia todas las expresiones partidarias, incluidas las que hoy gobiernan.

El peronismo, en busca de unidad

En contraste con los malos resultados en provincias como Chaco, Salta o San Luis, el peronismo porteño logró consolidarse como segunda fuerza, aunque los analistas coinciden en que podría haber mejorado su desempeño con mayor unidad interna. Las listas alternativas del espacio, como las de Alejandro Kim o Juan Manuel Abal Medina, tuvieron una floja elección, lo que deja la puerta abierta a una discusión sobre los errores estratégicos del movimiento.

Aun así, Es Ahora Buenos Aires, la alianza encabezada por Santoro, consiguió 10 bancas en la Legislatura, apenas una menos que LLA. El desafío hacia adelante será reconquistar al electorado ausente y consolidarse como alternativa real en un escenario fragmentado.

Larreta y la izquierda también se anotaron

Entre los espacios que lograron representación, Horacio Rodríguez Larreta también consiguió un lugar con su espacio Volvamos Buenos Aires, que ingresará con tres bancas. Por su parte, el Frente de Izquierda y de Trabajadores – Unidad (FIT-U) retuvo una banca con la elección de Vanina Biasi, quien asumirá en diciembre.

Lo que viene: más disputas internas y provinciales

La victoria libertaria en la Ciudad no asegura un camino libre para el oficialismo nacional. De las cinco elecciones celebradas hasta ahora, solo en dos (Chaco y CABA) La Libertad Avanza logró imponerse, y en ambas gracias a alianzas con partidos locales o a la fragmentación opositora.

En junio, Misiones y Formosa celebrarán sus comicios, y Milei no cuenta con alianzas fuertes en esos territorios. En paralelo, la interna del PRO se calienta: tras la derrota, LLA ya impone condiciones al gobierno porteño de Jorge Macri y empieza a presionar en la provincia de Buenos Aires, donde el expresidente deberá decidir si cede poder o arriesga a que su estructura partidaria se desintegre.

En este contexto, el oficialismo nacional planea profundizar su agenda de ajuste, con posibles reformas laboral y previsional que ya fueron anticipadas desde el entorno presidencial. El resultado en CABA, si bien significativo, está lejos de pintar el país de violeta, como aseguró Milei en tono triunfalista.

Fuente: Página 12.

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