Jorge Sáez es óptico y miembro clave del centro de divulgación astronómica Choique. Cada 6 de diciembre, su agrupación se reúne para recordar el trascendental suceso ocurrido en Bragado en 1882: la instalación del primer observatorio astronómico de la provincia. Una charla con un ojo experto en descifrar el cielo.
Varias ciudades bonaerenses aspiran al título. Sin embargo, para el bragadense Jorge Sáez -integrante del grupo Choique Astronomía-, solo una de ellas lo merece de verdad: “Bragado debería ser la capital provincial de la astronomía”, desafía. Y en un partido de truco astronómico imaginario cuenta con el ancho de espadas a su favor: “El primer observatorio astronómico de la provincia de Buenos Aires se instaló en Bragado el 6 de diciembre del año 1882 (foto). Astrónomos franceses vinieron a la ciudad con un telescopio Gautier para observar el paso de Venus entre el sol y la luna. Hicieron diferentes mediciones, de velocidad, de luz, tamaño, tanto del sol como del planeta. Eligieron a Bragado por sobre otras localidades, como Azul, Mercedes y Chivilcoy. Fue por el cielo que tenía, y la posición para poder mirarlo, eligieron esta latitud”, retruca.
Jorge Sáez tiene 57 años, es óptico y participa de una reconocida agrupación local, creada hace más de 20 años, dedicada a la divulgación astronómica. De ella también forman parte: Federico Rodríguez Malvido, como presidente; María Adela Sorzio, vice: y Lucas Buscaglia. Además, colabora Hipólito Paolocá. Los franceses pioneros mencionados en el relato de Sáez son: Francis Beuf -ex oficial de la Marina Francesa, director del Observatorio de Toulón y por entonces titular de la Escuela Naval bonaerense-, quien encargó en la casa Gautier, de París, la construcción de un telescopio ecuatorial de 216 mm de abertura y 3,10 m de distancia focal. Y, del otro lado del telégrafo, se destacaba Edouard Perrin, el teniente de navío a cargo de la coordinación del equipo de Bragado. El instrumental para estudiar los sucesos fue colocado en una estructura octogonal, construida en la plaza San Martín -en ese entonces un descampado-. La nubosidad de aquel 6 de diciembre sólo permitió que el “tránsito de Venus” se viera de manera parcial. La misión fue impulsada por el fundador de la ciudad de La Plata y entonces gobernador bonaerense, Dardo Rocha, quien, pese a los detractores, le concedió carácter oficial mediante un aporte financiero y técnico. Con posterioridad, la maquinaria fue comprada por la provincia de Buenos Aires y sirvió de soporte inicial para la creación del Observatorio de “La ciudad de las diagonales”, en 1883.
Esta semana, en el marco de La Noche de los Museos, y como cada 6 de diciembre, Sáez y su grupo participaron de la celebración del aniversario de esta gesta trascendental para la astronomía de la época, que contribuyó a la determinación de la paralaje solar. El acto recordatorio, en el que no faltaron charlas explicativas y actividades a la luz de la luna, se realizó en el monolito donde estuvo asentado el histórico observatorio y ahora funciona la Escuela Comercial de Bragado. “Con la Noche de los Museos aprovechamos también para celebrar la historia astronómica. La Municipalidad de Bragado decretó que cada actividad nuestra tiene interés legislativo. En estos días, un artista bragadense, junto a los alumnos, va a pintar en el patio del colegio un panel de cemento con las réplicas de las fotos que quedaron de cuando estaban montando el histórico observatorio de 1882. Van a pintar toda la secuencia. Y el año que viene vamos hacer un acto grande, donde también va a participar gente de La Plata”, anuncia Sáez.
¿Cómo te acercaste a la astronomía?
Yo, además de hacer anteojos, que es lo que me da de comer, reparo instrumental óptico: viejas cámaras fotográficas, telescopios, binoculares. La astronomía siempre me pareció interesante. Y con la profesión aprendí a hacer telescopios, a trabajar con espejos. Mientras estudiaba les hacía trabajos a la Asociación Amigos de la Astronomía y al Planetario de Buenos Aires, y ahí me empezó a gustar la astronomía. Lo mío es más la parte técnica, pero aprendí un poquito por los años que llevo en esto.
¿Por qué el centro de divulgación se llama Choique?
En la cultura indígena del país, algunos nombraban a cierta ave como ñandú, pero los aborígenes del sur al ñandú enano lo llamaban choique. Su pisada tiene las tres estrellas de adelante y el talón equidistante. ¿Vieron la forma que tiene la cruz del sur en el cielo? Llevado a escala tiene la misma forma que la pisada del choique. Por eso ellos a la cruz del sur también la llamaban choique. Y porque la cruz del sur solo se ve en el sur, nosotros elegimos ese nombre para nuestro grupo.
¿Qué actividades realizan en la ciudad?
El grupo Choique tiene 20 años de existencia. Realizamos todas actividades relacionadas con lo que el cielo nos permite ver, con la astronomía. Salimos a mirar los eclipses, nebulosas. También dictamos cursos. Nos llaman los profesores de las escuelas para hablar con los alumnos que se interesan en la astronomía. Vamos a los jardines de infantes y al nivel primario y secundario. Nos llaman para explicar los temas en profundidad y hacerles mirar el cielo a los chicos.
¿El instrumental lo aportan ustedes?
Sí, lo llevamos nosotros. Casi ninguna escuela tiene telescopio. En Bragado solo el Colegio Nacional tiene un telescopio porque ahí se formó un club de ciencia del cual nació el grupo Choique. Hace 20 años que le decimos al resto de las escuelas de Bragado y la zona que deberían tener un telescopio, porque que les va a servir para enseñarles a los pibes, cada vez que ocurre algún evento astronómico. Pero nunca hubo quórum, nunca formaron clubes de ciencia en los colegios. Nosotros llevamos el instrumental y les mostramos el cielo. El instrumental no lo prestamos, es como la guitarra, te la agarra otro y te la desafina. Son instrumentos caros. Nosotros solo cobramos cuando hacemos cursos o si alguien nos contrata para algún evento especial, pero para los colegios es todo sin costo alguno.
¿Qué quedó de toda aquella primera experiencia astronómica bragadense?
De todo aquello quedó el Grupo Choique. Es el único que reflotó la historia. En la provincia de Buenos Aires, desde Mercedes para este lado, pocos se interesan en el tema. Somos el grupo que más avanzó.
¿La gente y sus colegas reconocen su actividad?
La gente nos reconoce. Algunos nos han usado para crecer por otro lado. Nos reconocen de los pueblos vecinos. En La Plata nos reconocieron en su momento, firmamos en la facultad un convenio para hacer un observatorio. Pero luego hubo cambios políticos y no lo pudimos reflotar. Lamentablemente solo nos quedaron las fotos de aquel evento. Pero somos reconocidos. Reconocen nuestro cielo. Tal es así que el Consejo Escolar nos dio una escuelita que ya no tiene matrícula en el campo y ahí desarrollamos nuestras actividades. Cuando damos los cursos, el último día hacemos un fogón, les mostramos el cielo a los asistentes, hacemos caminatas por el campo. Mostramos el atardecer. Les contamos la historia de las constelaciones. Hacemos la observación, y luego mesas redondas para debatir sobre la experiencia.
Difusor de la rica tradición astronómica bragadense, el grupo Choique nunca pierde de vista el ejemplo de sus antecesores: “Nuestro trabajo es enseñarle a mirar el cielo a la gente”, concluye Sáez.
Fuente: Noticias Ruta 5