Para la Secretaría de Agricultura, la producción creció un 3,5% respecto al ciclo anterior, en línea con la estimación de la Bolsa de Cereales. Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe lideraron la superficie sembrada.
La cosecha de soja 2024/25 dejó un saldo positivo para el sector agropecuario argentino: según datos oficiales publicados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la producción totalizó 49,9 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 3,5% en comparación con el ciclo anterior, cuando se habían recolectado 48,2 millones de toneladas.
Este número, que coincide con el análisis de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (que estimó 50,3 millones de toneladas), marca la mejor campaña de soja en seis años, superando ampliamente los promedios anteriores. Desde ambos organismos destacan que se trata de un repunte significativo tras campañas condicionadas por la sequía y otros factores climáticos.
Más superficie y mejores rindes
Según informó la Secretaría, el incremento en la producción estuvo principalmente impulsado por una mayor superficie sembrada: 17,8 millones de hectáreas, un 7,7% más que en la campaña anterior. Además, los rendimientos también superaron los promedios históricos: la soja de primera alcanzó los 30,6 quintales por hectárea y la de segunda llegó a los 25,1 quintales, ambos por encima del promedio de la última década.
Las provincias que concentraron la mayor cantidad de superficie sembrada fueron:
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Buenos Aires: 5.477.098 ha
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Córdoba: 4.504.864 ha
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Santa Fe: 3.367.950 ha
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Santiago del Estero: 1.415.045 ha
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Entre Ríos: 1.250.450 ha
Exportaciones y mercados internacionales
La Argentina exporta soja y sus derivados a 67 países. Los productos más comercializados en el mercado internacional son las harinas y otros subproductos industrializados de la oleaginosa.
En los últimos cinco años, los principales destinos fueron:
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China: 13% del total exportado
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Vietnam: 9%
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India: 7%
Con esta cosecha, el país se consolida como uno de los principales productores y exportadores de soja del mundo, en un contexto internacional que sigue demandando proteínas vegetales para alimentación animal e industrialización.
Fuente: Infocampo.